Érase una vez una gallina … Así comienzan los cuentos, pero ésta no es una historia de ficción, sino un hecho real que vivimos día a día cerca de casa de algunos fisgones.
Érase una gallina que, no contenta con su destino, decidió no vivir más encerrada y partió en busca de aventuras, pero lo único que encontró fueron unos contenedores de basura, apilados y sucios, junto a una carretera que une los pueblos de Tejina y Bajamar (Tenerife). Desde entonces, este entorno «natural» forma parte de su vida, y de la nuestra.
Prácticamente a diario, al tirar la basura, nos encontramos con este simpático personaje, picoteando los desperdicios que caen en el suelo, paseando de un lado al otro de la carretera, cacareando historias extraordinarias en soledad mientras logra esquivar los coches que suben y bajan.
A esta gallina singular, a esta superviviente del asfalto, le dedicamos hoy estas líneas.
Autores: Antonio Tárraga y Carolina Real.

Merecido homenaje a la gallina que libremente pasea, ¡que pena de gallina¡ que aunque libre, picotea el asfalto y los restos de basura junto a un contenedor. Fisgones les propongo que le pongan nombre, no queda otra
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Turuleta…
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Hace tiempo puse un post que se llamaba los huevos de Maripili que era una gallina que vivía en el campo en libertad. Me gustaría que lo buscaras en en blog en el apartado «Mundo animal». Tenía una cara de felicidad que daba gusto. Me encantan los animales. Gracias por el post. Un saludo
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Ok lo busco. Gracias y un saludo
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